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SALUDO DE SERGEY SKVORTSOV,

PRIMER SECRETARIO, PCUS,

AL 8º CONGRESO DEL PCPE, MADRID, 30 ABRIL, 2006

Queridos Camaradas,

Para empezar, permítanme envíarles de parte de la dirección y de todos miembros de nuestro partido saludos fraternales y desearles el éxito en su lucha por los intereses del pueblo trabajador.

Ahora me gustaría decirles algunas palabras acerca de la situación en Rusia, que la propaganda burguesa ha descrito como un país en rápido crecimiento, y sobre la actividad de nuestro partido. Como saben, uno de nuestros objetivos estratégicos es la restauración de la Unión Soviética. Nuestros amigos y enemigos suelen preguntarnos: "¿Por qué se llaman el Partido Comunista de la Unión Soviética? Después de todo, la Unión Soviética ya no existe." Sí, la Unión Soviética ya no existe, pero para revivir la fuerza política seria que constituía, una organización debe luchar por su restauración. Y esa fuerza existe - es nuestro Partido ¡El Partido Comunista de la Unión Soviética!

Hoy día, las organizaciones de nuestro partido actúan aproximadamente en la mitad de las antiguas repúblicas soviéticas, aunque la mayoría de nuestros miembros pertenezcan a la Federación Rusa. Nuestra actividad no es completamente legal en todas las repúblicas post-soviéticas; en la mayoría de ellas es semi-legal, excepto en los países bálticos y en Uzbekistán y Turkmenistán, donde fuimos prohibidos por ley. A pesar de ello, hemos restaurado nuestra organización en Letonia tras su último Congreso, y y ahora nuestro Partido trabaja también en el territorio de la Unión Europea.

En contraste con la Europa del Este, donde los líderes oportunistas de los antiguos partidos comunistas han cambiado el nombre de sus partidos y rechazan abiertamente el marxismo, en nuestro país eso no ha ocurrido. Hasta ahora, en la mayoría de nuestras repúblicas, la palabra "comunista" tiene connotaciones positivas en la conciencia de las masas. Intentos para repetir la experiencia de Europa del Este en Rusia, con la creación, por ejemplo, del llamado "Partido socialista de los Trabajadores", han fracasado estrepitosamente. Los oportunistas han tenido que crear supuestos partidos comunistas (como el ejemplo del llamado "Partido Comunista de la Federación Rusa", bajo el liderazgo de Zyuganov), que, a pesar de ello, en la práctica llevan a cabo una política de conciliación de clases con el régimen actual. Indudablemente, esto dificulta la actividad de los verdaderos marxistas-leninistas.

En las actuales condiciones, ese tipo de actividad tiene una gran significación. Como es sabido, bajo Putin Rusia ha comenzado una nueva etapa de la liberalización capitalista. Las autoridades han legalizado la venta de la tierra, recuperando el código feudal del trabajo y eliminando los últimos resquicios de regulación estatal de la economía. Hace dos años, el anterior despegue de la economía dio paso a una nueva recesión, que produjo que se agudizase el empobrecimiento del pueblo trabajador, cuyo nivel de vida en comparación con el de los años soviéticos ha caído entre 2 y 3 veces, e incluso 10 veces o más en algunas repúblicas.

En Rusia, en una situación en que el desarrollo depende seriamente de los acontecimientos en otras repúblicas, tuvo lugar una situación revolucionaria durante el otoño de 1998. Desgraciadamente, nuestro Partido no era aún suficientemente fuerte como para sacar partido de ella, mientras que las fuerzas conciliadoras del movimiento de izquierdas se contentaron con su rol de "Oposición de su Majestad".

El año pasado, la llamada "monetarización" -y en realidad liquidación. de algunas garantías sociales, causó una fuerte agudización de la tensión social y de las protestas de masas, en las que nuestro Partido tuvo una participación activa. Y ahora la tensión social sólo está creciendo, porque la tasa real de inflación alcanza aproximadamente el 30% cada año, y el crecimiento económico sólo existe sobre el papel.

El descenso económico-social ha desembocado en un agudo descenso de la reputación de Putín, que incluso oficialmente sólo alcanza el 20-25% a día de hoy. El movimiento social y ecológico, que en los años recientes ha decaído, lleva a cabo su trabajo en condiciones muy duras. Hace tan sólo 2 año, la mayor parte del pueblo ruso era leal a Putin, hoy Rusia está en el umbral de una nueva revolución.

Entendiendo este peligro para su poder, las autoridades rusas, bajo el pretexto de la lucha contra la influencia occidental, ha pasado a la ofensiva contra los derechos civiles del pueblo ruso. En las llamadas "revoluciones de colores" de Georgia y Ucrania, Occidente realmente apoyaba a la oposición (aunque esto no fuera el único ni principal motivo de la protesta), pero en el movimiento ruso de protesta, las fuerzas de izquierda están en gran mayoría, y no hay dudas de que Occidente no tiene influencia sobre ellas. Los ataques de los servicios secretos no están dirigidos contra agentes occidentales reales sino contra activistas de izquierda. Los arrestos ilegales y las palizas a activistas comunistas jóvenes son especialmente frecuentes. Por supuesto, nuestro partido critica rotundamente esas prácticas y lucha por los derechos democrácticos elementales en Rusia.

La actividad de nuestro partido se guía por los principios del marxismo-leninismo, que se han forjado en la experiencia revolucionaria, y condena tanto el oportunismo de derecha como el extremismo de izquierda. No rechazando la vía parlamentaria, consideramos la lucha de masas como nuestra vía principal, y sobre todo la lucha por los derechos sociales y económicos del pueblo trabajador, con la creación de comités de huelga como embriones de poder popular y coordinando su actividad. En 1994, nuestro partido tuvo la iniciativa de la Protesta Diaría de toda Rusia contra el Descenso del Nivel de Vida del Pueblo Trabajador (en la que, según una estimación del Ministerio de Interior Ruso, participaron cientos de miles de personas). Nuestro partido mantiene una estrecha relación con muchos sindicatos de Rusia y de otras repúblicas. Tomamos parte en la coordinación de diversas estructuras de oposición, tales como el Foro Social Ruso, el movimiento "Pueblo por la Justicia Social" y el Comité Inter-regional de Huelga.

La otra línea importante de nuestra actividad es la defensa de la integridad territorial de nuestro país. Como es sabido, el actual gobierno ruso está llevando a cabo negociaciones para ceder a Japón una parte de las Islas Kuriles. Consideramos esa revisión del fin de la Segunda Guerra Mundial como un hecho completamente intolerable. En 1992, el PCUS creó el Comité de Toda Rusia para la Defensa de las Kuriles, que organizó acciones masivas de protesta y desbarató los planes de las autoridades rusas. Hoy, catorce años después, la lucha aún continúa. Sobre otras cuestiones de política exterior, me gustaría destacar nuestra actitud negativa hacia la Unión Europea y la OTAN, y especialmente en lo que respecta a su expansión. Por supuesto, también condenamos todas las concesiones a Occidente que el gobierno de Putin hace a costa del pueblo ruso.

Esto no significa, a pesar de todo, que respondamos con bayonetas a toda la política exterior del actual gobierno ruso. Saludamos cualquier paso dirigido al fortalecimiento de las posiciones internacionales de Rusia y aquellos dirigidos a profundizar la integración real de las antiguas repúblicas de la Unión. En Particular, el PCUS ha apoyado la creación de la Organización de Cooperación de Shangai, que podría ser un paso en la dirección de un "mundo multipolar" que se oponga a cualquier intento de los monopolios norteamericanos de imponer su voluntad a otros países, en el marco de la "globalización" capitalista.

Desde nuestro fuerte convencimiento, nosotros, los comunistas, debemos responder a la ofensiva global de los monopolios contra los derechos de los pueblos trabajadores, con una estrecha coordinación de nuestra actividad. Hoy día, nuestro partido tiene lazos camaraderiles con muchas organizaciones comunistas y de izquierda de todo el mundo y participa en el movimiento de solidaridad con la Cuba socialista.

Quisiera subrayar, una vez más, que rendimos tributo especialmente a los lazos tradicionales con los comunistas españoles y su partido - el Partido Comunista de los Pueblos de España. Creemos que nuestras relaciones de amistad solo pueden fortalecerse en el futuro.

¡Viva el Partido Comunista de los pueblos de España!

¡Viva el Marxismo-Leninismo!